La conservación de alimentos es fundamental en cada uno de los
eslabones de la cadena alimentaria. Una mala conservación de los alimentos puede tener implicaciones en la salud de quien.
Esto tiene implicaciones económicas evidentes, tanto para los fabricantes (deterioro de materias primas y productos elaborados antes de su comercialización, pérdida de la imagen de marca, etc.) como para distribuidores y consumidores (deterioro de productos después de su adquisición y antes de su consumo). Se calcula que más del 20% de todos los alimentos producidos en el mundo se pierden por acción de los microorganismos.
eslabones de la cadena alimentaria. Una mala conservación de los alimentos puede tener implicaciones en la salud de quien.
Esto tiene implicaciones económicas evidentes, tanto para los fabricantes (deterioro de materias primas y productos elaborados antes de su comercialización, pérdida de la imagen de marca, etc.) como para distribuidores y consumidores (deterioro de productos después de su adquisición y antes de su consumo). Se calcula que más del 20% de todos los alimentos producidos en el mundo se pierden por acción de los microorganismos.
Por
otra parte, los alimentos alterados pueden resultar muy perjudiciales para la
salud del consumidor. La toxina botulínica, producida por una bacteria,
Clostridium botulinum, en las conservas mal esterilizadas, embutidos y en otros
productos, es una de las sustancias más venenosas que se conocen (miles de
veces más tóxica que el cianuro). Otras sustancias producidas por el
crecimiento de ciertos mohos son potentes agentes cancerígenos. Existen pues
razones poderosas para evitar la alteración de los alimentos. A los métodos
físicos, como el calentamiento, deshidratación, irradiación o congelación,
pueden asociarse métodos químicos que causen la muerte de los microrganismos o
que al menos eviten su crecimiento.
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